Respuesta a: Ser bibliotecario/a

#7858

¡Hola! Me llamo Paola Alvarez, tengo 30 años y me agrada poder compartir una parte de mi historia relacionada con nuestra profesión.
Nací el 22 de junio, en Buenos Aires y, por cuestiones familiares, resido en el Chaco desde hace 25 años.
Recuerdo que desde pequeña jugaba con mis hermanos a que estábamos en la escuela, yo siempre era la seño que leía y enseñaba, y desde entonces supe que mi futuro estaría relacionado con el ámbito educativo.
La persona que me motivó a estudiar la Tecnicatura en Bibliotecología me lo planteó argumentando que era una carrera fácil de tres años, con rápida salida laboral y con un ambiente de trabajo pasivo. Sin embargo, comprobé y fue todo lo contrario.
Me inscribí en el Instituto “San Fernando Rey” en el año 20017. Fue muy difícil retomar el hábito de estudio, cumpliendo también como madre y todo lo que conlleva. A pesar de las adversidades, a medida que transcurrían los años, la lectura y el servicio a la comunidad me fue cautivando hasta que reemplacé los motivos iniciales que me impulsaron a recorrer este desafío. En el trayecto, se me presentó una propuesta laboral por lo que me dificultaba presenciar las clases y todo comenzó a complicarse, al punto de tener que abandonar el estudio.
Luego decidí inscribirme el Profesorado en Bibliotecología porque me di cuenta que realmente era lo que quería para mi futuro. Recomencé el camino desde otra mirada: desde el amor, el servicio a los demás, la comprensión y de adquirir conocimientos, habilidades para ejercer de manera responsable esta profesión.
Finalmente, luego de mucho esfuerzo y dedicación, logré recibirme en el año 2022 de Profesora en Bibliotecología.
Si bien, actualmente trabajo en un Call Center, me permito continuar capacitándome para que dado el momento de poder acceder a un cargo, realice las tareas eficientemente.
Colegas, gracias por este espacio y me gustaría compartir un fragmento de Gustavo Roldán (personalmente lo relaciono con lo antes relatado):
-¡Claro que voy a pelear!
-No, don piojo, usted no puede pelear con el puma.
-¿Que no puedo? ¿Por qué no puedo?
-Es una pelea despareja.
-Igual voy a pelear. Y ya mismo.

¡Saludos!